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Historia de la Línea (IV)

                Entre los accidentes, el más llamativo tuvo lugar el 2 de octubre de 1899. Un tren de mercancías conduciendo 25 vagones con un total de 400 Tm de trigo descarriló en la curva anterior al puente de las Almas. Un tren que nunca debió haber salido de la estación de Fregeneda, que incumplía un buen número de normas de seguridad y en el que casi nadie era quien debía ser: el maquinista no era maquinista, el conductor no era conductor y los guardafrenos tampoco lo eran. La velocidad era tal que llegó a superar los 140 Km/h en algunas partes del trayecto. Alcanzó el puente de las Almas, lugar del accidente, en apenas siete minutos. (Revista de prensa sobre el accidente)

                En el año 1902 se realizó el estudio de una ampliación de la línea, consistente en un ferrocarril eléctrico que aprovechara la energía sobrante de los saltos del Duero y el Águeda. Tal línea partiría de Fermoselle atravesando la comarca de la Ribera del Duero. En Barruecopardo se dividiría en dos ramales: uno hacia Lumbrales y otro que en dirección a Vitigudino comunicara este pueblo con la línea S.F.P. en Villavieja de Yeltes. No llegaría a realizarse.

                A comienzos del siglo XX la línea estuvo aquejada por continuas huelgas y conflictos laborales. La de 1917 estuvo motivada entre otras cosas por la destitución del jefe de estación de La Fregeneda. En 1922 el servicio cesante entre las estaciones de Fuentes de Oñoro, Fregeneda y Salamanca era realizado por personal militar. Precisamente durante esta huelga se produjo un accidente al patinar las ruedas de un tren sobre el hielo que se había formado sobre la vía al atravesar el túnel 1, quedando el tren detenido. El equipo militar que lo conducía y algunos viajeros tuvieron que ser asistidos con síntomas de asfixia.

                Los inciertos resultados económicos de los distintos ferrocarriles españoles, entre ellos el S.F.P., vinieron a paliarse, en parte, a través de la aprobación, el 12 de julio de 1924, del Estatuto Ferroviario, que daba importantes atribuciones al Consejo Superior de Ferrocarriles, en materia de inspección y autoridad ante los organismos ferroviarios técnicos y administrativos. El Estatuto establecía comunidad de bienes entre el Estado y las compañías, fijando el valor de establecimiento y el capital de ambos, con vistas al posterior rescate de las concesiones.

                A mediados de los años 1920 la línea disponía de un corto saldo anual positivo de unas 112.000 pesetas, sin embargo, a pesar de las ayudas del Gobierno, los gestores de la línea eran reacios a invertir en mejoras en las infraestructuras. En junio de 1927 el Gobierno autoriza a la Compañía de los Ferrocarriles del Norte a comprar la S.F.P. por un importe de 7.200.000 pesetas.

                El declive económico de varias compañías ferroviarias, entre ellas la de Madrid, Cáceres y Portugal (M.C.P.) y otras pequeñas líneas de Castilla la Vieja y Galicia, que hacía imposible su supervivencia, incluso con las ayudas aportadas por el Estatuto, inclinaron al Gobierno a tomar su gestión. Así se optó por su rescate, creando la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste, el 8 de noviembre de 1928. Se crea de ese modo la primera compañía nacionalizada de ferrocarriles en España, a la que se incorporó la de Salamanca a la Frontera Portuguesa, que pasa definitivamente a Renfe al crearse esta en 1941 tras la guerra.

                Entre 1955 y 1963 la estación de Lumbrales aumentó el tráfico de mercancías de la línea, al instalar la compañía eléctrica Iberduero una vía apartadero para recibir materiales de obra con destino a sus centrales hidroeléctricas de Aldeadávila y Saucelle. Al ser finalizadas las obras, la línea volvió a su funcionamiento habitual, habiendo un tren diario de viajeros por sentido, clasificado como tren Correo, y un mercancías con viajeros de circulación trisemanal. Las locomotoras de vapor siguieron haciendo estos servicios hasta entrados los años 70, siendo principalmente pequeñas unidades 030 ex-Oeste remolcando composiciones muy primitivas, incluso con coches de ejes. No podían entrar máquinas con peso por eje superior a 14 toneladas por las condiciones de algunos puentes.

Dresina de mantenimiento Dresina estacionada en la estación de La Fregeneda © Juan Luis Rebollo Frutos

                La mayoría de los viajeros utilizaban solo el tramo La Fuente de San Esteban-Lumbrales, cruzando la frontera del río Águeda tan solo 5 ó 6 viajeros al día. En 1964 se entregaron a la red portuguesa unas 3.000 toneladas de mercancías, recibiéndose de ella unas 500. En mayo de 1965 Renfe hizo un primer estudio económico con vistas a la reducción ó supresión de servicios, del cual se dedujo que la explotación de la línea de La Fregeneda era antieconómica. De hecho se llegó a la conclusión de que el tráfico de mercancías entre los pueblos de la zona podía realizarse sin problemas por medio de camiones, y el servicio de viajeros podía cubrirse con autobuses, al existir una red de carreteras en muchos casos paralela al ferrocarril y de capacidad suficiente para las necesidades locales.

                A resultas de esto, el 1 de noviembre de 1966 las estaciones de Boada y Olmedo-Cerralbo fueron reducidas a apeaderos, camino que siguieron Villares de Yeltes y Bogajo el 15 de enero de 1967. En septiembre del mismo año 1967 se realizó otro estudio de la línea, con conclusiones poco halagüeñas. Pero a pesar de esto y de un informe desfavorable del Banco Mundial el servicio se mantuvo a pesar de que muchas otras líneas investigadas en estudios similares fueron clausuradas en aquellos años, ya que la línea era considerada de "interés nacional". Aún así la reducción de servicios en los años 1965-67 afectó entre otras cosas al personal destacado en las estaciones. También se redujo el número de vías y de apartaderos. En las estaciones de cabecera y final de línea había una brigada de vías y obras que se encargaba de mantener la línea en las mejores condiciones posibles.

Estación Fregeneda

Estación Fregeneda

Entre estas dos fotografías median casi cincuenta años

                En 1973 cuando se inauguró la nueva estación de Salamanca, el entonces presidente de Renfe, Salvador Sánchez Terán, manifestó que esta línea se mantenía (abierta) accediendo a la petición de las autoridades portuguesas, pero que no era rentable. Requería una inversión de 400 millones de pesetas (alrededor de 2'4 millones de €).

                En cuanto al personal a su cargo, las estaciones intermedias de la línea principal solían tener un jefe de estación y un mozo de agujas para cada desvío extremo de la estación, mientras que en el ramal de La Fregeneda solo había un mozo por estación que atendía a ambos cambios, dado el escaso tráfico. Las estaciones de Lumbrales e Hinojosa tenían un jefe, un mozo de agujas y un factor, de ahí que figuren con tres agentes en vez de con dos.

Estación de Fregeneda. (C) Antonio Carabias.
Estación de Barca D'Alva (C) Desconocido.

Ferrobús en la estación internacional de Fregeneda (foto izquierda) y Barca d'Alva (foto derecha) ©

               La dieselización de los servicios de viajeros se hizo a partir de 1970 con los mismos ferrobuses salmantinos que se introdujeron en líneas vecinas como la de Vilar Formoso, la Ruta de la Plata o el Ávila-Salamanca, mientras que las locomotoras para el arrastre de los trenes de mercancías fueron elegidas entre dos series (también del depósito de Salamanca), muy diferentes a las de la línea de Fuentes de Oñoro. A causa de las limitaciones de peso en los puentes y muchos puntos de la vía, las elegidas fueron:

- Las 10800 (actualmente 308).

- Las 10300 (actualmente 303) locomotoras de tres ejes acoplados por bielas, diseñadas para servicios de maniobras en estaciones. Estas se utilizaron durante los dos o tres años antes del cierre para sustituir a las 308 cuando debían regresar a Salamanca o a Villaverde para revisiones o reparaciones. Las 303 requeridas eran remolcadas hasta La Fuente de San Esteban junto con vagones de mercancías, llevando desmontadas las bielas para aumentar la velocidad. Terminaron sustituyendo a las 10800 en muchos cometidos, dado el cada vez peor estado de los puentes, sobre todo entre Barca d'Alva y La Fregeneda. Fueron las que acabaron cerrando la línea en 1985 para los trenes de mercancías.

Locomotora 10800  Locomotora 10300

               Entre 1981 y 1982 se hicieron algunas obras de mantenimiento en la línea para sustituir las traviesas más deterioradas. El 10 de Octubre de 1983 circuló un tren especial conmemorativo entre Valladolid y Barca d'Alva para celebrar los 100 años de la colocación de la primera piedra de la estación de Valladolid-Campo Grande. En el tren viajaban los alcaldes de Salamanca y Valladolid, así como el Consejero de Transportes de Castilla y León y diversas autoridades de Renfe. El tren lo formaban los coches AA 8050, AA 8086 y BB 1602, siendo arrastrado entre Fuentes de San Esteban y Portugal por la locomotora 10815 (308-015) aunque de Valladolid venía con la Mikado 141F2111, locomotora sin duda demasiado pesada para entrar en la línea de Fregeneda. Fue una de las pocas veces -si no la única- en que han entrado en esta línea coches de la serie 8000.

 

 


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